UCR aboga por un amplio acuerdo político, económico y social
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En este marco, aseguran el principal desafío para Argentina residirá «en ser capaz de coordinar con criterios de soberanía, equidad e inclusión las transiciones ecológica, energética y digital, generando las mayores sinergias positivas posibles». «Y en desarrollar un conjunto de indicadores que permitan el seguimiento táctico y estratégico de estas transiciones», añaden.
«Cada una de las dimensiones claves que definen las transiciones estará a su vez compuesta por distintos elementos cuya interacción caracteriza a esa dimensión, y será necesario priorizar adecuadamente las acciones en cada elemento. Así, en la transición ecológica se deberán priorizar las acciones de Economía Circular, Bioeconomía (incluyendo la Protección de Suelos, la Biodiversidad, y la recuperación del Fósforo orgánico) y Economía Colaborativa (pago por uso). En la transición energética habrá que priorizar el desarrollo de las Energías Renovables, la Electrificación, la Electromovilidad, el desarrollo del Hidrógeno y una nueva Minería Nacional que potencie el aprovechamiento local de los minerales estratégicos (la industrialización del Litio, el Oro, la Plata y el Cobre, y retomar la exploración de Tierras Raras). Por último, en la transición digital se deberán priorizar la Conectividad (fibra óptica y 5G), el Gobierno Electrónico, la Economía del Conocimiento, la Digitalización de las PYMES y una política de Datos Abiertos, así como el apoyo decidido al desarrollo de todas las tecnologías de Ciencia de Datos (Inteligencia Artificial, Machine Learning, Big Data, etc), de Nube (Cloud computing, Edgecomputing, Smart-networks) y de Transparencia y Trazabilidad (Blockchain)», reza el documento.
Para el radicalismo, una vez asumidas estas macro prioridades, será posible ir avanzando en el análisis descendiendo de nivel para ordenar las subcategorías. Por ejemplo, en la transición ecológica, se puede desagregar a la prioridad Economía Circular en actividades más concretas, como el Ecodiseño para favorecer el reciclaje, la reutilización y la obsolescencia programada. Y luego, seguir bajando a sectores o actividades aún más concretas y específicas, como el diseño inteligente de edificios y oficinas. Al ir aumentando la granularidad en este ejercicio, aumentará la visualización de las oportunidades de empleo y las necesidades de formación/educación, y con ellas los ajustes finos a las políticas formuladas.
«Los indisimulables problemas de pobreza y exclusión social, derivados de nuestro estancamiento económico crónico y de la ausencia de verdaderas políticas de Estado, no pueden usarse nuevamente como una excusa que nos impida tener una mirada estratégica hacia el futuro y comenzar a transitar lo más pronto posible una nueva Hoja de Ruta que representa el mayor desafío y la mayor oportunidad para la Argentina en los próximos años. Se trata de un camino posible, probablemente largo y no exento de complicaciones, pero que sin dudas representa más Oportunidades que Amenazas para nuestro País, en la medida que se logre un amplio acuerdo político y económico entre todos los actores relevantes de la sociedad», remarcan desde la Comisión de Economía de la Convención.
Por último, aseguran que resolver los problemas estructurales de la Argentina «requiere de plazos y redefinición de estrategias y prioridades que necesariamente abarcará varios períodos gubernamentales; ningún partido o grupo político podrá, por sí solo, enfrentar estos enormes retos con prescindencia de ese amplio Acuerdo Político, Económico y Social que la UCR viene reclamando desde hace tiempo, y que el desafío de la hora hace más necesario que nunca».
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